Excelencia Logística, Innovación y Sostenibilidad

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13 de diciembre de 2012

Capsula Gerencial (Gary Hamel)





Tomado Textualmente de: Lo que importa ahora. Gary Hamel

Búsqueda y selección: Carlos Figueroa A.

Capítulo 4.5 Reinventar la gestión para la generación facebook

Fragmento

“Con eso en mente, compilé una lista de 20 características de la red social que resultan relevantes para el trabajo. Estas son las realidades postburocráticas que los empleados del mañana utilizarán como criterios para determinar si su empresa está “con ella” o “fuera de ella”. Al elaborar esta corta lista, mi intención no ha sido enumerar todas y cada una de las características principales del entorno social de la red, sino identificar aquellas que menos concuerdan con el legado de prácticas de gestión que caracterizan a la mayoría de las empresas.”








   1.   Todas las ideas compiten en pie de igualdad.

En la red, cada idea tiene la posibilidad de ganar seguidores o no. Nadie tiene el poder de exterminar una idea subversiva o sabotear un debate vergonzoso. Las ideas ganan adeptos con base en sus meritos percibidos y no en el poder político de quienes la proponen. Al disociar la “participación de poder”, la red socava la habilidad de las élites para controlar lo que se conversa o para establecer la agenda.









    2.    Las contribuciones en el trabajo valen más que las credenciales.

Cuando usted publica un video en YouTube, nadie le pregunta si estudió cine en la universidad y cuando usted escribe un blog, a nadie le interesa si usted tiene o no un título de periodista. En ese sentido, ninguno de los diferenciadores de estatus generalmente aceptados tiene mucho peso en línea; entre ellos se encuentran la posición, el título y los grados académicos. Lo que cuente aquí no es currículum vitae sino las contribuciones que usted haga al trabajo que realiza.






     3.    Las jerarquías se construyen de abajo a arriba.

En cualquier foro en la red, hay algunas personas que inspiran más respeto y captan mejor la atención que otras y, en consecuencia, tienen mayor influencia. Sin embargo, es importante mencionar que a estas personas no las ha nombrado ninguna autoridad superior; en su lugar, la influencia que tienen refleja la aprobación que sus pares les han otorgado libremente. En la red, la autoridad corre hacia arriba no hacia abajo.






     4.    Los líderes sirven en lugar de presidir.

En la red, cada líder es un líder al servicio; nadie tiene el poder de ordenar o sancionar. Los argumentos verosímiles, la pericia demostrada y el comportamiento desinteresado son las últimas palancas que permiten que las cosas se hagan. Olvídese de esto en línea y sus seguidores desertarán y se apartarán de usted rápidamente.






     5.    Las tareas se eligen, no se asignan.

La red es una economía en la que se decide tomar parte. Ya sea que se trate de hacer contribuciones en un blog, trabajar en un proyecto de fuente abierta o compartir consejos en un foro, las personas eligen trabajar en las cosas que les interesan. Todo el mundo es un trabajador independiente y cada quien se rasca con sus propias uñas.






  6.    Los grupos se autodefinen y se autoorganizan.

En la red, uno tiene que elegir a sus colegas. En cualquier comunidad virtual, usted tienen la libertad de vincularse con algunas personas e ignorar al resto y de compartir basten con ciertas personas y definitivamente no determinar a otras. En definitiva, así como nadie le puede asignar a usted una tarea aburrida, tampoco puede forzarlo a trabajar con colegas mentecatos.

     7.    Los recursos se atraen, no se asignan.

En las grandes organizaciones, los recursos se asignan de arriba hacia abajo, dentro de una disputa presupuestal politizada. En la red, el esfuerzo humano fluye hacia las ideas y proyectos que son atractivos (y divertidos) y se alejan de aquellos que no lo son. En este sentido, la red es una economía de mercado en la que millones de personas tienen que decidir, momento a momento, cómo invertir la preciosa moneda constituida por su tiempo y atención.





   8.    El poder viene de compartir, no de acaparar.

La red también es una economía del don. Para ganar influencia y estatus, uno tiene que poner a disposición su experticia y conocimiento. Y además, tiene que hacerlo rápidamente, porque si no lo hace, alguien más se le adelantará y recibirá el crédito que pudo haber sido suyo. En línea hay muchos incentivos para compartir y muy pocos para acaparar.














      9.    La mediocridad queda expuesta
Los sistemas de calificación en línea se han vuelto omnipresentes y en ellos se evalúan hoteles, libros, empresas locales y productos de cualquier tipo. A pesar de que no todas las críticas resultan útiles, en conjunto proporcionan una buena guía para saber qué es extraordinario y qué debe desecharse. En las organizaciones tradicionales, los empleados no se ponen a dar su opinión sobre las cosas y, como resultado, uno a menudo se encuentra con una “conspiración de los mediocres”, que se basa en “yo no cuestionaré sus ideas o su efectividad en cuanto usted no cuestione las mías”. Esos conciliábulos no tienen lugar en la red. Si usted no es competente, se enterará. En definitiva, la red les da a los clientes contrariados un espacio de opinión global. No obstante, algunas empresas parecen estar muy interesadas en proporcionarles a los empleados una plataforma interna a través de la cual puedan desafiar las decisiones ejecutivas y las políticas corporativas.











      10. Los disidentes pueden unir fuerzas.

En una organización jerárquica, al igual que en un sistema político de esta misma naturaleza, se necesita bastante coraje para expresar nuestras opiniones. Cuando los canales de comunicación fluyen de manera vertical y no lateralmente, pude ser difícil saber si alguien a su alrededor está poseído por una mente rebelde parecida a la suya. Las personas se sienten aisladas y vulnerables rara vez protestan.
La red en cambio, hace que el encuentro y el contacto con otras personas que comparten el mismo punto de vista disidente sean muy fáciles. Los agitadores que pueden haber sido marginados en una organización vertical pueden movilizar rápidamente cómplices que tengan pensamientos similares en la “pensamientocracia” densamente conectada de la red.




      11. Los usuarios pueden vetar la mayoría de las decisiones políticas.

Como se han dado cuenta los magnates de internet muy a su pesar, los usuarios de la red son obstinados y vociferantes y atacarán rápidamente cualquier decisión o cambio en las políticas que parezcan contrarios a los intereses de la comunidad. Solamente dándoles a los usuarios una participación sustancial en las decisiones importantes usted puede mantener su lealtad. No importa quién haya construido la comunidad virtual, esta es de propiedad de los usuarios y, como cuestión práctica, las políticas deben construirse socialmente.













      12. Las recompensas intrínsecas son las que más importan.

La red es una prueba irrefutable del poder de las recompensas intrínsecas. Piense en todos los artículos con los que la gente ha contribuido en Wikipedia, en todo el software de código abierto que se ha creado, todo el asesoramiento que se ha proporcionado de manera gratuita y en todas las fotografías que se han subido a Flickr. Sume todas esas horas de trabajo voluntario y verá que es obvio que los seres humanos dan generosamente mucho de sí mismos cuando se les da la oportunidad de contribuir en algo que realmente les importa. El dinero es genial, pero también lo es el reconocimiento y la satisfacción del deber cumplido.