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n Sébaco, Honduras, el pasado mes de marzo media tonelada de papa que reposaba en una bodega de alimentos y estaba lista para su venta, fue decomisada por las autoridades ambientales al detectarse que estaba contaminada por la paratrioza, una plaga de insectos que afecta a diversos cultivos, principalmente el de tubérculos y tomate generándoles manchas negras que son perjudiciales para la salud humana. Entre tanto, en Buenos Aires, Argentina, una reconocida confi tería tuvo que ser clausurada por la presencia de excremento de ratas en las bodegas, además de ser detectado sobre los mostradores y góndolas.
Casos como estos refl ejan una realidad de la que poco se habla, pero que es de vital importancia en el almacenamiento de mercancías: la higiene y el control de las plagas.
Sin importar que se trate de un pequeño depósito de materiales no comestibles o una gran bodega con alimentos y productos relacionados con la salud, es fundamental que se garantice la no presencia de roedores, hongos, bacterias y otro tipo de agentes nocivos que pueden llegar a perjudicar y hasta destruir un lucrativo negocio.
Eliana Barreto, quien se desempeña como microbióloga industrial en Fumighar –empresa especializada en el manejo integrado de plagas y con experiencia en fumigaciones en las bodegas del Grupo Éxito y Avesco (Kokoriko), así como en reconocidos hoteles y clubes sociales–, explica que las plagas se dividen en cuatro grupos principales: “Están los insectos rastreros donde agrupamos todo lo que son cucarachas, hormigas, arañas y pescaditos de plata, entre otros. Los insectos voladores que son las mariposas, moscas y zancudos. Otro muy frecuente es el de los roedores: existe la rata de alcantarilla, de techo, el ratón común y, por otro lado, están los microorganismos como hongos y bacterias”.
La microbióloga subraya que quienes tienen a su cargo la logística de almacenamiento deben priorizar el tema de higiene y aseo, ya que cualquier bodega está expuesta a sufrir un ataque de plagas. “Muchos creen que solo en las bodegas donde se almacenan alimentos hay probabilidad de que lleguen animales y hongos, pero hemos detectado por ejemplo depósitos de herrajes en donde un hueco o un rincón calientico ha sido el espacio de anidación para decenas de ratones”.
¿Qué ofrece el Mercado en Materia de Prevención? La tendencia actual a la hora de realizar los controles de plagas es ofrecer el denominado servicio verde o ecológico, que consiste en no usar gran cantidad de químicos y en su lugar utilizar dispositivos y accesorios que funcionan con base en feromonas que evitan la contaminación del medio ambiente. “Por ejemplo, para insectos y rastreros existen unos geles que se aplican en varios puntos de la bodega y con unas cuantas gotas se logran grandes resultados”, dice Barreto. “Para roedores hay varias clases de trampas que permiten atraparlos y para los mosquitos están las lámparas: los insectos se sienten atraídos por la luz y cuando se acercan son capturados gracias a las feromonas que poseen las laminillas adherentes”. Este procedimiento es ideal para las industrias de alimentos y farmacéuticos, debido a que no contiene tóxicos que puedan alterar las características de los productos. Además, visualmente no es desagradable porque el insecto no queda expuesto a la vista y, por tanto, se puede usar tanto en bodegas como en escenarios abiertos de ventas y atención al público.
Fernando Tolosa sufrió de cerca el tema de las plagas. Él, como administrador de una bodega en el suroccidente de Bogotá, controla el ingreso y salida de los productos que una empresa particular de maderas almacena en ella, pero lo que no sabía es que también tendría que lidiar con la entrada y salida de cientos de cucarachas que se ‘adueñaron’ del lugar. “Yo pensaba que una plaga de esas estaría en una bodega de verduras o de frutas, pero resulta que hay una clase de cucarachas que les gusta la madera y nos infestaron todo el depósito, además existía el riesgo de que también hubiera termitas, así que nos tocó hacer una fumigación bien grande porque nos podían sellar si no le poníamos orden a todo esto”, cuenta el administrador
Al respecto, Eliana Barreto explica que el Invima así como las Secretarías de Salud y otras entidades gubernamentales que velan por el aseo, la higiene y la correcta manipulación de mercancías, exigen los controles preventivos, los cuales se hacen periódicamente dependiendo del tipo de industria. “Nunca se debe esperar a que las plagas hagan su presencia y tampoco hay una ley que diga cada cuánto se deben realizar las fumigaciones, porque eso depende del tipo de producto que se almacene, de la ubicación de la bodega y otros muchos factores”, explica. No obstante, la ley es clara al respecto de las consecuencias que se pueden originar en caso de que no se ejerza el debido control sobre las plagas. “El Ministerio de Salud, la Superintendencia Nacional de Salud y los servicios distritales y locales velan porque las personas naturales o jurídicas, los establecimientos comerciales y, en general, todos los entes sometidos a su vigilancia ajusten sus instalaciones, actividades y funcionamiento a lo establecido en las normas sanitarias”, señala la Ley 9 de 1979. La misma ley consagra en sus artículos 576 y 591 la posibilidad de que las autoridades sanitarias impongan medidas preventivas tales como la “clausura temporal del establecimiento, la cual podrá ser total o parcial, la suspensión total o parcial de trabajos o servicios. El decomiso de objetos o productos, la destrucción o desnaturalización de artículos o productos si es el caso y la congelación o suspensión temporal de la venta o empleo de productos u objetos, mientras se toma una decisión definitiva al respecto”.
Fuente: Revista de Logística
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